En la foto: (De derecha a izquierda) Edwin Proaño, Responsable Administrativo de Fundación CRISFE, con miembros de Fundación CRISFE
Actores con y sin discapacidad demuestraron su talento y trabajo en equipo en la obra de teatro el “Árbol de todas las frutas” que buscó indicar que las diferencias no son un impedimento para brindar un trabajo de calidad.
Por mucho tiempo el teatro ha sido reconocido como una forma de expresión corporal que ayuda a sus intérpretes a desarrollar confianza en uno mismo, autoconocimiento, incremento de la autoestima, desinhibición, control corporal, relajación y aumento de la creatividad. Por esta razón Fundación CRISFE abrió un espacio para que se fusione el talento y el trabajo de actores que poseen discapacidad con aquellos que no la poseen.
El crear una obra de teatro en la que se adapten estas características ha permitido que tanto los actores como el director exploren nuevas técnicas de trabajo y reformulen varios conceptos del teatro. David Paredes, actor de la obra, comentó que este ha sido un maravilloso proceso de conocimiento que ha permitido superar los límites de cada uno.
Para Marco Bustos, director de la obra, este proceso le ha enseñado que la aparente dificultad es en realidad una oportunidad para cambiar esquemas. Hasta el momento se tiene previstas 10 presentaciones en varias escuelas y colegios dentro y fuera de la ciudad de Quito.
Es así que Fundación CRISFE brinda espacios para que el desarrollo y la integración de personas con discapacidad.